Si visitamos los centros comerciales, encontramos que la tienda mas “mañe” es la que vende cosas representativas de Colombia, vemos que esta llena de variedades mal ubicadas o que nos recargan la vista haciéndonos rechazar este lugar. Luego seguimos recorriendo el centro comercial y entramos a comprar en tiendas como la famosa Forever 21, Adidas, entre otras, que no son productos colombianos, sino que son marcas reconocidas a nivel mundial y que su renombre nos engancha a comprar, sin pensar en apoyar los productos colombianos.
Lo anterior, es un ejemplo de globalización, un fenómeno global, que se caracteriza por el enlace, el alcance y la velocidad de las comunicaciones, las conexiones económicas transnacionales, el creciente debilitamiento de las naciones tercermundistas y la existencia en problemas comunes en los cambios socioculturales de la humanidad.
Canclini define globalización como “un proceso de procesos de homogeneización y, a la vez, de fraccionamiento articulado del mundo, que reordenan las diferencias y las desigualdades sin suprimirlas”. Entonces la pregunta que resalta es ¿este proceso de homogeneización puede absorber nuestra cultura? Si es cierto de que en los procesos comunicativos la globalización ha hecho maravillas al acortar las distancias, también ha hecho que utilicemos los mismos procesos en nuestras formas de comunicarnos; es mundialmente conocido los dos puntos y un paréntesis de cierre como una cara feliz (:) ), pero además de la comunicación también se han añadido comidas que antes no eran comunes a los paladares de nuestros abuelos, es casi reciente la acogida de McDonald’s o Subway que entraron a Colombia en 1994 y 1997 respectivamente.
La globalización es un amigo y enemigo a la vez, que nos ayuda para muchas cosas pero que si la dejamos absorbernos quizás perdamos nuestra cultura, así que ¿Cuán absorbido por la globalización estas tu y tu entorno?.
